Seguramente todos hemos oído hablar de películas como Lawrence de Arabia, El Doctor Zhivago o un Puente sobre el río Kwai, todas ellas de David Lean.
En el año 1945 se estrenó “Breve Encuentro”totalmente desconocida para mi hasta hace unas semanas y si tuviera que elegir una de ellas me quedaría con esta.
Supongo que en aquella época no era fácil hacer una película sobre una historia de amor entre dos personas adultas y casadas e imagino que de alguna manera la película está condicionada por la presión del momento.
Laura –la bellísima Cecilia Johnson-y Alec-un jovencísimo Trevor Howard-los jueves de cada semana acuden a la ciudad, ella para realizar la compra e ir al cine. Él para acudir al Hospital pues es médico. Laura está casada y tiene una maravillosa hija y Alec también está casado.
En una preciosa imagen-que curiosamente encontré-un trocito de carbonilla se introduce accidentalmente al paso de un tren el ojo de Laura que entra en el bar para quitárselo con agua y Alec como médico la auxilia aliviándola suavemente con un pañuelo de la molestia.
A partir de ahí se encontrarán algunos jueves después e iniciando poco a poco una relación hasta que ambos se dan cuenta de que están enamorados. Es entonces cuando ambos establecen un paréntesis en sus vidas, dudando en si cerrarlo o convertirlo en texto real. Alec le pide a Laura que le diga si lo que ambos sienten es real, verdadero amor pues no es fácil llevarlo cuando ambos cogen sus respectivos trenes camino de casa.
Decidirán cerrar el paréntesis y lo que ambos saben es su última cita, Alec intenta convencer a Laura para que se quede con él en el piso de un amigo que llegará más tarde, ella renuncia y se dirige al tren pero una vez montada sale cuando este se pone en movimiento en búsqueda de Alec. Todo parece conducir a una noche de amor pero el amigo llega a casa antes de lo previsto, teniendo que salir Laura por la puerta de atrás y teniendo que sufrir Alec una charla moral por parte de su amigo.
Un intento de suicidio por parte de Laura intentando arrojarse al tren, su reflejo en la ventanilla del tren camino de casa mientras sonríe pensando en Alec y ese marido paciente que le agradece a Laura el haber regresado a él desde muy lejos.
Los trenes, las estaciones están muy presentes en el cine de Lean. En mi caso forman parte de mi vida desde hace seis años que viajo a diario en ellos aunque a veces dejo que se escapen irremediablemente,la música es de Rachmaninov,no se pierdan la segunda parte..
6 comentarios:
no tengo el placer de haber visto la pelíciula ,pero como la describes debe ser tierna.Amores prohibidos existen en muchos sitios.
Hasta el lunes.Besos.MJ
Me encantaaaa esta película, y me encantó esta entrada, invita a volver a ver esta historia de amor a destiempo, donde un corazón adormecido por la rutina vuelve a latir con una nueva ilusión, que le abre la ventana a una felicidad que exige un sacrificio demasiado grande.
La música, preciosa… Coincido contigo sobre la segunda parte.
Un beso
P.D: A mí, las estaciones de tren me ponen triste, bueno, más que tristeza es nostalgia…
Seguro,"amores prohibidos" hay en muchos sitios Mª José, pero...¡quien los proibe?.
A veces me pregunto porqué no somos capaces de seguir a nuestro corazón.
Creo Vivian que no hay tiempo para el amor verdadero y que el verdadero sacrificio se hace desoyendo lo que dice el corazón.
Besos.
Darte saludos.
Besos y amor
je
PD
Agradezco tu visita.
Una peli estupenda, la verdad es que los trenes dan mucho juego...sobretodo en las pelis de los 40, hay cientos, hoy la gente viaja menos ...a mi me encanta ;)
Rachmaninov...mmmrecuerdo que sale en varias pelis una de ellas "la tentación vive arriba"...dice la monroe en su papel que esa debe ser musica clasica porque no cantan ;)..o algo así
saludos
perdón por los acentos...música...clásica...soy tan bruto como la Monroe ;)
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