martes, 24 de noviembre de 2009
EL CORAZÓN HELADO
"Yo tenía la costumbre de ser un hombre corriente,razonable,incluso vulgar,el habitante de una apacible llanura de tierras cultivadas que no solía exigir excesos de mis ojos,ni de mi conciencia.Había fortificado aquel territorio porque me gustaba,me gustaba mi vida,mi trabajo,me gustaba Mai,y por eso sólo le había sido infiel lejos de Madrid,en unas pocas noches tontas,con parejas casuales,prescindibles.Cuando presentía que cualquier mujer podría llegar a gustarme más que eso, me armaba hasta las cejas,ése era yo,ése había sido,y sin embargo ya no me reconocía en aquel hombre que nunca había estado tan vivo como yo,como el hombre que era yo ahora,después de que Raquel Fernández Perea pasara por mí como pasa la suerte,como pasa la muerte,como pasa el destino que tuerce de una vez y para siempre el futuro de los seres vivos.Ese hombre era yo,y no sabía serlo,era yo ,y no me comprendía,era yo, y no sabía lo que me pasaba ni porqué me pasaba,porque nunca me había pasado nada parecido,y sin embargo, todo era sencillo,tan elemental como el hambre, como la sed,como el sueño,esa flamante definición de la necesidad que apenas lograba sujetar con las experimentadas correas de mi antigua prudencia.
Necesitaba ver a Raquel,necesitaba besarla,tocarla,acariciarla,poseerla,necesitaba escuchar su voz,necesitaba estar callado a su lado,necesitaba olerla,pero sobre todo ,necesitaba saber que,al día siguiente,esa necesidad poderosa y brutal,risueña y sonrosada,placentera y también de algún modo dolorosa,no se habría extinguido todavía.Necesitaba necesitar a Raquel, porque me sentía esclavo de mi propia exclavitud y eso me bastaba,me sostenía en el propósito de no precipitar las cosas,de no acosarla,de no agobiarla,mientras pudiera sentirla sobre mi cara,y entre mis manos,y debajo de mi piel,sólo con cerrar los ojos.Supongo que por eso hice lo que hice,y lo más extraordinario de todo es que en ningún momento llegué a aarrepentirme"
Gracias Almudena.
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2 comentarios:
De Almudena Grandes leí, hace ya mucho, “Las Edades de Lulú” y “Malena es un nombre de Tango”, me gustó más el segundo, en realidad, me encantó.
Este pedacito que hoy nos traes de ese “Corazón helado”, consiguió despertar mi interés por el libro, por esas circunstancias que comenta el protagonista y por esos actos que no le llevaron al arrepentimiento.
Como siempre, un placer pasar por aquí, continua fuente de descubrimientos.
Saludos
Hace muchos años que leí "Las edades de Lulú" ¡muchos!.Después me olviodé de ella aunque a veces leo sus artículos.Creo que fue hace un par de años cuando retomé sus lecturas gracias a que me regalaron un libro de relatos "Modelos de mujer" además firmado por ella que me gustó muchísimo y finalmente "El corazón helado" que me dejó helado en la parte que me toca pues son dos partes una la del sufrimiento de los exiliados en la Guerra Civil y la otra una historia de amor relacionada con lo anterior.
Te recomiendo su lectura.
Saludos.
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