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viernes, 31 de enero de 2014

UN ( HOMBRE ) ENTRE PARÉNTESIS




PARÉNTESIS
   [Ese escritor era tan respetuoso con sus lectores que todo lo que escribía lo ponía entre paréntesis para que ellos pudieran elegir (libremente) entre leerlo o no, incorporar el texto completo o tomarlo como una (simple) intercalación, o bien quedarse sólo con los paréntesis que a veces (como se sabe) son mucho más útiles en la vida que en la literatura.]

Pasó gran parte de su vida descendiendo lentamente .Unas veces acompañado de un fondo azul,otras blanco,algunas gris oscuro y en ocasiones negro acompañado de las estrellas y una inmensa luna en la lejanía.
Nunca se dió cuenta cuando lo hizo sobre agua que descendía entre paréntesis,esa sensación llegó años más tarde.

 


Fue cuando comenzó a nadar en mares de tinta verde a veces y azul en su mayoría ,cuando empezó a descifrar los secretos de las palabras,y empezó a poner puntos,comas, comillas y paréntesis.
Se dió cuenta cuando entre paréntesis creó otro Universo paralelo para dar cabida al amor,para escribir poemas y dar forma a su vida a través de combinar letras en un papel.Pero también sufrió y sintió dolor,y de la misma manera que lo sintió lo causó y fue ese dolor quien le encerró entre paréntesis y como cerradura añadió un punto.
En un principio fue dura la reclusión,desapareció la marea verde y el azul del cielo.Intentó trepar por esos muros que se curvaban  cada vez más con su peso y aunque lo volvía  aintentar,se volvía a caer,los golpeó y pataleó a diario pero estos no cedían y todo fue en vano.
 
  El peligro es que terminó acomodándose entre paréntesis mientras pasaban los días,los años, a la espera de la generosidad del carcelero.Pero este, no llegaba nunca y seguramente ya nunca más llegará o al menos eso es lo que pensó pues se tumbó en el suelo con la mirada perdida mientras se soñaba descendiendo lentamente en el azul del cielo y nadando en mareas verdes de tinta sobre fondos blancos como la nieve. ).

 

domingo, 27 de noviembre de 2011

NOVIEMBRE

Poco a poco noviembre nos va dejando con el inconfundible ruido de las hojas secas al ser pisadas bajo un cielo azul limpio de nubes y un sol brillante que se resiste a ser frío.
Noviembre nos deja entre colores naranjas del atardecer y árboles cada vez más desnudos mientras poco a poco los amantes entran en los viejos cafés al calor de una tarde de confidencias.

Mi dulce noviembre
De días de sol naranja
De besos de miel avena

Mi dulce noviembre
Con un libro de fantasías
Y un bosque de primaveras
Dejaste en hojas blancas
La magia de aquel momento

Mi dulce noviembre
Escribiste en pequeños cuentos
La travesía de una mariposa
Ilustraste en cada página
Como murieron sus alas en cada hoja

Mi dulce noviembre
De ilusiones hechas melodías
De sueños hechos carne
De colores hechos días…

Mi dulce noviembre
Una vez más
Y cada vez menos
Llego a tenerte tan cerca
Y sentirte aun más lejos…




Noviembre nos deja con un cruce de miradas en la distancia al decirse adiós .Y yo os dejo seguir caminando -descalzos por la nieve-con el último trabajo de Olga Román.).

jueves, 14 de octubre de 2010

¡ QUE SOLA ESTÁ LA CASA SIN ELLA!


El sábado amaneció lluvioso; pocos minutos después en los accesos al Hospital se habían formado grandes charcos que obligaban a los vehículos a disminuir la velocidad.Yo,lo observaba todo desde la ventana de la habitación 302 dónde mi madre operada de una prótesis de rodilla trataba de aliviar sus dolores con un calmante que lentamente goteaba desde una pequeña bolsa de plástico hacia sus venas.
Mientras contemplaba como el agua golpeaba los cristales y observaba al fondo los árboles de hojas aún verdes que pueblan el jardín botánico ,la puerta de la habitación se abrió para dar paso a un celador que traía a una nueva huesped.Un señor alto pero encorvado,y de compexión fuerte vestido con vaqueros y camisa a cuadros acompañaba a la mujer que observaba todo a su alrededor con ojos asustados.
Me acerco y le saludo,se llama Manuel y su señora se llama Mercedes,mi madre hace lo propio desde la cama.
-¿Que le ha pasado a su señora?-Pregunto.
Ayer a las once de la noche tropezó con el marco de la puerta al salir de la terraza y cayó en el salón.Estuvo tres horas tirada en el suelo pues yo no podía levantarla.Finalmente pedí ayuda a unos vecinos que amablemente se levantaron de la cama y me ayudaron a subirla a un sofá y desde ahí a una silla de mimbre desde dónde conseguimos arrastrarla por el piso hasta la cama.Hoy fui al Ambulatorio y un médico se acercó a casa y tras reconocerla comprobó que tiene la cadera rota.
-Pero hombre como no llamó Usted a una ambulancia.¿ No se da cuenta de que la podrían haber caausado una lesión mayor?.
Manuel no contesta,la mira a ella allí en la cama intentando quitarse una de las vías por las que recibe su dosis de calmante.
Ambos,Manuel y yo nos sentamos en las sillas cada uno al pie de su respectiva enferma.Mientras,afuera ,el cielo sigue de color gris y llorando.
Manuel al que se le ve agotado me cuenta que llevan cincuenta y dos años juntos.Él nació en 1924 y ella tres años más tarde.¡Quien lo diría! ¡no aparentan tantos años!.No tienen hijos y a ella solamente le queda una hermana en Valencia y a Manuel ni eso,hace años que sus dos hermanos murieron.El mayor de ellos tenía una importante empresa de autobuses que hoy aún defiende el hijo y su otro hermano tenía un Mesón que yo recuerdo por sus deliciosas "patatas de la casa".


Manuel trabajó durante muchos años en una fábrica de forja en la cual hacían esos vagones antiguos de madera hasta que los trenes de cercanías obligaron a cerrar.Mercedes ,trabajaba de modista,aprendió el oficio tras cuatro años de clases con la mejor modista de toda la ciudad.Un día la alumna superó en conocimientos y maestría a la profesora y decidió trabajar en su casa por su cuenta.
-Ella ganaba más dinero que yo-dice Manuel mientras la mira con ojos vidriosos.
La guerra pilló a Manuel con trece años,recuerda muy bien aquellos días ya que los aviones alemanes bombardeaban constantemente la ciudad,sobretodo por las noches.Querían destruir el Cuartel General del Campesino.
Familias enteras se iban al caer la tarde a las cuevas construidas a pico y pala más allá del puente de Zulema.A su padre, la cueva le costó la vida pues pilló piedra y él tan trabajador y perfeccionista quiso construir varias habitaciones y dos puertas por si acaso durante los bombardeos se tapaba una de ellas.
Se emociona al recordar como el mayor de los hermanos que luchó en el bando republicano, tras siete meses llegó a casa con un permiso y no encontró a nadie en ella,alguien le dijo que todas las familias del barrio se iban a las cuevas y hacia allí se dirigía cuando Tarzán el perro famélico de la familia salió a recibirle entre ladridos.
-Hay que ver que instinto tienen los perros y como me acuerdo de ese día -dice Manuel.
Un día cuatro aviones alemanes aterrizaron por error en el aeródromo dónde la mayoría de aparatos y pilotos eran rusos.Parece ser que al tomar tierra,los alemanes se dieron cuenta por las banderas que estaban en territorio enemigo y despegaron rapidamente sin que nadie les detuviera.Desde ese día se cantaba una canción popular con cierta sorna que hacía alusión a este acontecimiento.
Acabada la guerra ,su hermano mayor fue recluido en un campo de concentración instalado en la Plaza de Toros y después de tres meses liberado gracias a su abuelo;dueño de una fábrica de gaseosas y que conocía a mucha gente.Otros no pudieron decir lo mismo.
Recuerda con dolor el hambre de despuçés de la guerra,de las cartillas de racionamiento,de como miró embelesado la primera vez que vió una panadería llena de pan,el trato vejatorio hacia los obreros y a un joven de dieciseis años al que molieron a palos en la Plaza por pasar delante de un cartel con la fotografía del Generalísimo y llamarle "baboso".

Mercedes dice que quiere irse a casa ;que su madre se va a poner muy triste si llega tarde y Manuel le dice que su madre ya no está en casa sino en el cielo.Ella le llama mentiroso,mala persona y que piensa separarse.
Entran dos enfermeras y nos invitan a salir al pasillo mientras limpian y asean a Pilar y Mercedes.Allí Manuel,con voz triste me confiesa que su mujer está enferma y que después de tantos años no le conoce y que le insulta.Intento calmarle diciéndole que Mercedes tiene Alzheimer y que sin dejar de quererla tiene que tener mucha paciencia.
Al regresar a la habitación traen la comida.El menú de un sábado lluvioso de otoño es arroz con conejo y champiñones,ternera con zanahorias y gelatina.Yo doy de comer a mi madre que sigue con dolores y él hace lo propio con Mercedes.Ambas comen poco y a mi madre le da naúseas la comida .Personalmente pruebo el arroz y me parece nihilista.
En el exterior sigue lloviendo.Mercedes sigue insultando a Manuel pues quiere que la lleve a casa,habla algo de una sala de fiestas y que si llega tarde su madre se enfadará.
Van pasando las horas conversando sobre guerra y pot-guerra,sobre la familia y el hambre de aquellos tiempos mientras va oscureciendo y mi madre grita de dolor hasta que una enfermera de nuevo le pone un calmante.
Mercedes me saluda con la mano desde la cama como si lo hiciera desde un balcón,mientras Manuel cae rendido en la silla ante la última negativa a probar bocado por parte de ella.Me pide que le baje a casa y así se lo dice a Mercedes que vuelve a la carga con sus insultos pues no entiende que la deje allí sola y él se vaya a descansar.
Veo los ojos de Manuel vidriosos de nuevo,me mira de forma interrogativa,buscando en mi una respuesta.
-Vamos a casa Manuel,ella no le conoce y no sabe cuanto sufre.
En la calle hace frío,mucho frío aunque ha dejado de llover.Seguramente hace tiempo que dejó de hacerlo .Manuel camina despacio,encorvado,pensativo.Se va triste y se que le duele dejar sola a Mercedes.
Quince minutos después le dejo en la puerta de su casa,vive cerca del Hospital.Durante el corto recorrido ambos permanecemos en silencio.Manuel abre la puerta del coche y antes de salir me mira a los ojos y me dice:
-¡Que sola está la casa sin ella!
Durante el resto de la noche me quedo pensando en cuanto amor encierran esas palabras.
Dedicado a quienes conviven de cerca con el Alzheimer y al personal sanitario que es capaz cada día de dedicar una sonrisa a los enfermos.

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