Debo reconocer que una de mis aficiones es cocinar aunque desgraciadamente no dispongo del tiempo suficiente para recetas que exigen mucho tiempo para su elaboración.De momento me conformo con entrar de vez en cuando en la cocina e intentar tener éxito con algunas recetas que voy obteniendo. Desde crío observé en mi casa como se hacía la matanza del cerdo y como con su sangre se hacían unas exquisitas morcillas de arroz.Hoy en día eso ya es historia pero siempre que visito La Rioja me acerco a un pueblo llamado Foncea dónde compro las morcillas de arroz que más me recuerdan a las que hacía mi madre.
No hace mucho desde orillas del Jalón me llegó una receta para elaborar un pastel de morcilla y debo reconocer que mi primer intento fue un absoluto fracaso pues en vez de adquirir un hojaldre con el grosor adecuado para colocar en el molde me equivoqué y adquirí una masa "filo" muy fina y que se rompía como si de una hoja de papel se tratara. En el segundo intento me aseguré de que el hojaldre era el que debía de ser y tras colocar los ingredientes en la encimera:morcillas de Foncea,dos peras de agua troceadas,unos piñones y un vasito de coñac me puse manos a la masa. En primer lugar dí una capa de mantequilla al molde y puse sobre él el hojaldre pinchándole con un tenedor y poniendo encima unos garbanzos para que este no crezca mucho. Desnudé suavemente a la morcilla quitándole la piel y la desmenuzé lentamente en un plato para mezclarla con los piñones y las peras troceadas.Una vez hecha la mezcla la puse en una sartén con aceite donde freí la morcilla con sus componentes y añadí el coñac.Se puede añadir también media pastilla de caldo de carne y yo siempre que cocino con coñac lo quemo para eliminar el alcohol.
